Hace unas semanas, tuve la oportunidad de conocer un centro del norte de España, en concreto de la Región navarra. Me trasladé allí en busca de un puesto de docente. Se trataba de un centro concertado de la ciudad de Pamplona. Este centro tiene como propósito que los niños, a la edad de doce años, hablen perfectamente inglés o francés y donde se valora por encima de todo la calidad de la enseñanza. Me quedé impresionado en la misma entrevista; al ser religioso, pensé que gran parte de la entrevista iba a estar relacionada con mi fe católica y si era o no un buen cristiano.
Nada más lejos de la realidad, la entrevista se desarrolló en cómo concibo la educación y mi manera de enseñar. Me sorprendió la cercanía del subdirector del centro, el cual me transmitía que el buen docente para su centro, no era el que más sabía, sino que el que más implicaba con la formación de los alumnos. Dicha implicación de los docentes de este centro, le ha servido para ser el sexto centro en calidad de enseñanza de toda España.
Hace unos meses, tuve la suerte de conocer a una maestra de primaria de Novelda de un colegio público. Esta profesional de la educación me ha demostrado qué es la devoción por la enseñanza. Por muchas trabas que tenga, tanto venidas por la Administración, por sus compañeros como de los propios padres, el niño debe ser el principal protagonista de la formación. En esta época, donde el trabajo del maestro está poco valorado, incluso por los propios docentes, me acuerdo de esta compañera y empiezo a recordar porqué elegí ser maestro ya hace algunos años. También los resultados de esta compañera, han sido valorados gratamente por compañeros de etapa y como por docentes de etapas superiores.
Tanto en la carrera de magisterio como en las leyes, se nos indica que el protagonista principal del proceso de enseñanza - aprendizaje es el alumno y que nuestro trabajo es el de guía para adquiera los conocimientos necesarios, pero comenzamos a ver molinos de viento y hacernos más difícil nuestro trabajo. Los ejemplos anteriores son dos modelos de cómo con devoción y amor por la enseñanza, tanto en centros concertados como públicos, podemos ayudar en mejorar la tan extendida crisis de la Educación.
1 comentario:
Estoy totalmente de acuerdo contigo Carlos. Para un maestro/a lo fundamental son los alumnos/as y su forma de enseñar debe estar adecuada a ellos. Es cierto que el trabajo de un docente esta muy mal valorado y según algunos es el mas fácil y el que menos trabajo tiene. Yo como maestra que soy desde hace algunos años, he lidiado con gente de esta opinión que no es consciente de lo equivocada que esta. Gracias a ellos y a otros hoy en dia la educación esta en crisis. A ver si de alguna manera ayudamos a que vean que parte importante de la educación de sus hijos e hijas viene gracias a los docentes y a nuestra labor educativa y como bien tu dices a nuestra devoción por la enseñanza.
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