martes, 26 de enero de 2010

LENGUAJE DE SIGNOS Y ENSEÑANZA, por Marta Sánchez Valero, psicopedagoga y maestra de primaria.

La educación de un niño sordo debe realizarse pensando en las necesidades del niño y de que manera el niño aprendería mejor. El gran dilema de hoy en día, es si la educación debe ser bilingüe, es decir, enseñar LSE y lengua oral a la vez, o si solo se le debe enseñar una sola lengua, otro gran dilema es si debe recibir esa educación en centros ordinarios o específicos.

      Cuando un niño nace sordo, si sus padres también lo son, aprenden primero la lengua de signos, porque:
  • Hay una mayor facilidad de articulación de la LS.
  • Los signos lingüísticos son continuadores de los gestos prelingüísticos.
  • Los primeros signos tienen un carácter icónico.
  • El desarrollo neuromuscular empleado para signar se desarrolla antes que el del habla.
     Los niños sordos al igual que los oyentes tienen su etapa de balbuceo, produciendo los niños sordos más formas de balbuceo manual (40%). Las etapas del balbuceo son:
    • Balbuceo silábico: entre 7 y 10 meses.
    • Balbuceo diferenciado: entre los 10 y 12 meses.

     A partir de los 8 meses aprenden los primeros signos, a los 13 meses poseen 10 signos y alrededor de los 20 meses poseen más de 100 signos. Pero la manera de expresarse no es del todo correcta, sus signos no tienen coherencia, es decir, la sintaxis no es correcta. Lo primero que aprenden es la ubicación del signo, ya que no requiere el desarrollo de habilidades motoras finas, luego adquieren el movimiento de la mano, entre los 6 y 18 meses producen signos simples y los más frecuentes son los signos de un solo movimiento (62%), y adquieren primero los movimientos bidireccionales, porque se parecen más a los comportamientos rítmicos iniciales y por último adquieren la configuración de la mano, que es donde comenten más errores a la hora del aprendizaje. Hasta los 2 años de edad los niños sordos no aprenden dactilología, ya que esta es mucho más difícil de aprender que la LS.
     Centrándonos en el dilema de donde debe recibir la educación el niño sordo, analizaremos las ventajas e inconvenientes de los centros ordinarios, ya que estos no están del todo preparados para darle la mejor educación a un niño sordo.
Las ventajas de recibir la educación en un centro ordinario son:
  • Recibir una educación lo más normalizada posible.
  • Socialización, es decir, establecer relaciones interpersonales con otros niños y no sentirse excluido.
  • Posibilidad de que la escuela de respuesta a demandas relacionadas con las necesidades educativas especiales.

     Para que el niño sordo reciba una educación lo más significativa y completa posible el centro ordinario debe disponer de:
  • Aulas específicas.
  • Aulas de Educación Especial.
  • Recursos materiales.
  • Recursos didácticos y personales.
  • Equipos interdisciplinares: técnicos educativos, pedagogos, psicólogos, trabajadores sociales, profesores de apoyo, maestros de Educación Especial, especialistas en Audición y Lenguaje y logopedas.
  • Si es posible, interprete de LSE.

     Y debe de realzarse lo antes posible, para que reciba la mejor atención educativa, la cual influye en su desarrollo cognitivo ampliando sus experiencias y favoreciendo el aprendizaje del lenguaje.
Cuando el centro ordinario recibe a un niño sordo, debe tener en cuenta:
  • La educación temprana que ha recibido.
  • Sus posibilidades de acceso al lenguaje oral.
  • Su socialización.
  • Si precisa un sistema complementario de comunicación o bien lengua de signos.
  • Si el centro puede ofrecer el sistema de comunicación que el alumno necesita.
  • Y si está en condiciones de asegurar su desarrollo comunicativo y lingüístico con los medios personales y técnicos que se precisen. 

     Otra cuestión es que los profesores estén informados tanto de la llegada del niño sordo como de su expediente académico, informes del psicopedagogo, del SPE, etc. y si se presentan dificultades en la comunicación con el niño, que estén en continua formación sobre la educación de los niños sordos y la LSE, y estén también en contacto con asociaciones y federaciones de personas sordas.
Las respuestas educativas que el centro debe ofrecer a los alumnos sordos son:
  • Que implique a toda la comunidad educativa.
  • Atención a la diversidad.
  • Diversidad en la metodología.
  • Detectar las necesidades educativas especiales.
  • Decidir que sistema lingüístico utilizar.
  • Juegos y actividades para fomentar la interacción de los alumnos.
  • Mantener relación con las asociaciones y la familia.
  • El centro debe contar con recursos organizativos, personales y tecnológicos.

El psicopedagogo debe realizar una adaptación curricular que implique:
  • El uso de sistemas de comunicación aumentativos o alternativos de comunicación.
  • Selección y adaptación de los materiales curriculares.
  • Recursos técnicos generales y específicos.
  • En cuanto a la metodología y evaluación: utilizar recursos visuales, actividades en grupo, favorecer la actividad propia de los alumnos.

     El trabajo del logopeda también es importante en la educación del niño sordo en un centro ordinario, el cual trata al alumno a través de dos enfoques, uno oralista y otro gestual, el oralista se centra en que el alumno adquiera el lenguaje oral y el gestual en que adquiera la lengua de signos y pueda utilizar ambas a la hora de comunicarse. El logopeda interviene en: la estimulación auditiva, adaptación de las prótesis, lectura labiofacial, desarrollo semántico y estructuración del lenguaje y lenguaje escrito como recurso para el desarrollo del lenguaje oral.
En la elección del centro influyen los siguientes factores:
  • Desarrollo intelectual, afectivo o social con garantías.
  • Acceso al currículum.
  • Necesidades del alumno en función del tipo de pérdida, grado, momento de aparición… y de sus necesidades emocionales (autoestima, confianza en sí mismo y en los demás, adaptación social).
  • Existencia de un grupo de referencia.
  • Recursos materiales y humanos del centro

     Para el uso de materiales específicos y nuevas tecnologías en la educación del niño sordo, lo primero es a parte de elegir un material o algún programa informático, realizar una evaluación del mismo. La gran mayoría de recursos, tanto materiales como informáticos tienen como objetivo el desarrollo del habla y el lenguaje favoreciendo:
  • Descubrimiento de estrategias de resolución de problemas.
  • Desarrollo de estrategias de procesamiento de la información.
  • Desarrollo de habilidades de planificación de tareas.
  • Aprendizaje de técnicas de búsqueda y detección de errores.
  • Control del tiempo a través del juego.

     Algunos de estos programas son: Speech Viewer III, Sistemavisha, Sistema AVEL, Isoton, PIPA, etc. 
     Las características que deben tener los programas y software informáticos y educativos son: deben ser ergonómicos, es decir, adecuar los programas a las características, limitaciones y necesidades de los alumnos sordos y optimizar su eficacia y seguridad, innovadores, y capaces de adaptarse a las características de cada individuo.
Las ventajas de las nuevas tecnologías en la educación del niño sordo son:
  • Permiten la adaptación a casos particulares.
  • Facilitan la individualización de la enseñanza.
  • Posibilitan la repetición constante del mismo ejercicio hasta que el sujeto adquiere la habilidad.
  • Aumenta el grado de autonomía e independencia del niño sordo.
  • Permite una mayor rapidez y calidad del trabajo o ejercicios.
  • Favorece la disminución del fracaso escolar.
  • Facilita el tratamiento y presentación de la información.
  • Mejora del aprendizaje y secuenciación de las tareas.

Los inconvenientes son:
  • Los profesores solo utilizan los medios si están presentes en los centros educativos.
  • Falta de formación de los profesores en el tema de las Nuevas Tecnologías.
  • Rechazo de los profesores hacia las Nuevas Tecnologías.
  • Falta de software adaptados a los contenidos curriculares y a las necesidades educativas especiales de los niños sordos.
  • Falta de infraestructuras en algunos centros educativos.
  • Escasez de productos didácticos.
  • Falta de material tecnológico.

     Con respecto a la Lengua de Signos, está es una lengua como otra cualquiera, es una lengua natural y desarrollada, que asegura a las personas sordas una comunicación completa e integral. Tiene un papel muy importante en el desarrollo cognitivo y social de la persona sorda y le permite la adquisición de conocimientos sobre el mundo que le rodea. Facilita también la adquisición de la lengua oral tanto escrita como hablada. La Lengua de Signos también le permite a la persona sorda comunicarse con otras personas sordas y conocer al menos una lengua que le permita expresarse.
     La lengua oral, permite a la persona sorda comunicarse con aquellas personas que no saben utilizar la Lengua de Signos. La lengua oral escrita, servirá  como medio para adquirir conocimientos y de ella dependerán el éxito y logro académico de la persona sorda.
     El modelo educativo que debería recibir el niño sordo y el que se ajusta mejor a sus necesidades, es un modelo donde se le permita el aprendizaje tanto de la lengua oral como la lengua de signos, ya que tanto la una como la otra son importantes en sus desarrollo cognitivo, social y personal, las dos le ayudan a comunicarse, una con otras personas sordas y la otra con personas oyentes que no saben utilizar la lengua de signos, este modelo educativo debería impartirse sobretodo en los centros ordinarios, por lo que los centros deben estar preparados para acoger alumnos con deficiencia auditiva y ofrecerles  una respuesta educativa que les ayude a adquirir conocimientos. 
     Pienso que el niño sordo debe recibir la educación que sus padres crean que es más conveniente y mejor para él. Los padres son los que deben decidir si su hijo aprende una lengua u otra, si va a un centro ordinario o a uno específico, etc. Pero mirándolo desde otro punto de vista, como puede ser el de los maestros, los niños sordos tienen derecho a aprender la lengua oral y la lengua de signos, y a decidir cual quieren utilizar para comunicarse. En cuanto a la integración en centros educativos ordinarios, pienso que no todos lo centros están lo suficientemente preparados como para acoger a niños sordos, que les faltan recursos tanto materiales como tecnológicos y personales, como docentes especializados. Los maestros tampoco están lo bastante preparados como para tener a un niño con deficiencia auditiva en su aula, les falta información sobre como actuar y a quién acudir para que les proporcione materiales y respuestas a todas las preguntas que le surgen con respecto a la deficiencia auditiva.
     En conclusión, el niño sordo debe recibir la mejor educación, tanto los padres como los profesores del centro donde se escolarice deben ofrecerle dicha educación pensando en las necesidades del niño, los padres deben tener en cuenta la opinión del niño y los profesores tener toda la información (médica, logopedica, psicopedagógica, académica, etc.) para poder adaptar los contenidos del currículum al alumno con deficiencia auditiva y debe saber como comportarse y que estrategias metodológicas utilizar en el aula para que el alumno con deficiencia auditiva adquiera los conocimientos necesarios para logra el éxito académico y no sentir que fracasa. 

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